UN LIENZO Y ÓLEO LA MEJOR REPRESENTACIÓN DEL REALISMO.
Tomado de youtube: El realismo (movimiento artístico) hecho por AnAbAnAnArM
En la crítica y en la historia del arte suele indicarse con el
termino realismo un movimiento que, delineado en Francia hacia 1848
por el pintor Gustave Courbet (en quien se ampararon en el terreno
de la crítica y la literatura del escritor Champfleury y el poeta
Max Buchón), determino para todo el siguiente periodo de cincuenta
años una profunda revolución de los modos expresivos y de las ideas
acerca del arte. En oposición al idealismo de los clásicos y de los
románticos, que solo consideraban dignos de interés los temas
históricos y literarios, el realismo reivindico decididamente le
valor de la realidad objetiva como tema artístico para prescindir de
todo embellecimiento, corrección y selección preconcebida, y
sostuvo con gran vigor polémico la necesidad de la vida
contemporánea y de introducir como protagonistas de la obra del arte
incluso las clases más bajas de la sociedad. Desde el punto de vista
formal, el movimiento realista, frente a la fría corrección que
había caracterizado a la escuela académica y al gran interés de
esta por el dibujo, prefirió los contrastes claroscuros que
resultaban de la observación directa de lo verdadero, es decir del
dato natural, al tiempo que corrigió la enseñanza de los grandes
maestros del siglo XVII, sobre todo Holandeses y españoles, y el
filón realista y optimista de la pintura francesa que va de le Nain
(por primera vez revalorizado por la crítica de Champfleury) a
jean-Baptiste Siméon Chardin. El interés polémico hacia el
movimiento realista condujo a encontrar sus precedentes más lejanos
en la historia del arte; de hecho este movimiento no constituye una
novedad y se puede decir que, de forma más o menos consciente,
acompaña a la afirmación del modo de sentir y de pensar de la
burguesía en la cultura moderna.
El
dramático luminismo de Caravaggio, la pintura de género que durante
el siglo XVII se desarrolló en Italia, Francia y, sobre todo en
Holanda; el gusto por el paisaje, que constituye la grandeza de la
escuela Holandesa; el arte del retrato, la naturaleza muerta desde
Caravaggio hasta francisco Zurbarán y Chardin; el filón picaresco
de la pintura española de Velásquez y murillo, y el cuadro de
costumbres y la caricatura, que adquieren en Inglaterra en el siglo
XVIII una particular vivacidad, son fenómenos todos que, si bien
todavía entrelazados con motivos derivados de una concepción del
arte distinta, pueden considerarse procedentes del realismo. Algo
semejante se podría afirmar a propósito del intenso interés por la
realidad que caracteriza los modos analíticos de tantas pinturas
flamencas del siglo XV, de la feliz vena narrativa de cierta pintura
italiana de la segunda mitad del siglo XV y de los llamados pintores
de la realidad en la Italia septentrional durante el siglo siguiente
(Calgario, Cerruti, Crespi, etc.) pero el realismo en sentido propio
es un fenómeno netamente típico del siglo XIX y está ligado a un
declarado intento filosófico de carácter materialista y a las
consiguientes tomas de posición políticas y sociales. Así
considerado, el realismo aparece como un filón que recorre desde la
cima hasta el fondo toda la pintura del siglo XIX.
Ya
en ciertos aspectos de la obra de Jacques Louis David (el máximo
representante del neoclasicismo, contra quien tuvieron que reaccionar
con violencia los naturalistas), en Marat
asesinado, por
ejemplo, ha reconocido algunos elementos del realismo del siglo XIX,
que tienen su natural continuación en el profundo interés ético y
social de jean-Louis-Andre-Theodore Géricault, el portaestandarte
del movimiento romántico en Francia; y más tarde, a partir de 1830,
en el gran arte de honoré daumier, quien, con sus litografías
políticas, su sátira de las costumbres y, por último, hacia 1848,
con su pintura inspirada en la vida del pueblo, se convirtió en el
más significativo representante del realismo el gusto por la pintura
de paisaje, tal como se manifiesta en John Constable o en
jean-Baptiste-Camille Corot y que encontraría su centro de difusión
en Francia, en la llamada escuela de 30 o de Barbizón, representa la
otra cara del realismo uno y otro aspecto, el político social y el
naturalista, están estrechamente unidos, tanto en el arte de
Courbet, como en el de inspiración bíblica, campesina y humana de
jean-Francois Miller (quien con daumier y Courbet, aunque ciertamente
sin alcanzar su nivel, puede considerarse uno de los mayores maestros
del realismo francés del siglo XIX). Desde 1848, el realismo conoció
una rápida difusión gracias a la pasión naturalista, propagada por
el romanticismo, a la pasión democrática, que había despertado en
muchos países de Europa la revolución, al desarrollo de las
ciencias positivas y, finalmente, al éxito de la fotografía. A esta
difusión contribuyo la exposición universal de 1855, durante la
cual Courbet preparó su célebre pavillon du realisme, pues a partir
de este momento se puede fechar el éxito de la escuela de Barbizón
en casi todos los países de Europa e incluso en América. En época
reciente se ha reconocido, por ejemplo, la influencia que tuvo la
exposición en el realismo italiano y sobre todo en los
impresionistas. Desde 1863, a partir del salón des Refusés, en el
cual participaron, entre otros, Edouard Manet, James Abbot Whistler y
Henri Fantin-latour, se fue debilitando la inspiración
político-social del realismo y se afirmó una nueva estética, más
pronunciada y pesimista, que por primera vez castagnari y más tarde
Zola quisieron definir con el nombre de naturalismo y que constituyó
el subfondo ideal de la pintura impresionista. La vena humanitaria y
social del realismo iniciada en Courbet y Millet, tuvo gran numero
der continuadores, mediocres desde el punto de vista artístico, en
Francia y en toda Europa (como son los franceses Bastien-Lepage y
jules Bretón, el belga Constantin Meunier, los alemanes Adolf
Menzel, Wilhelm Leibl y Hans Thoma, el ruso Ilia Repin, el húngaro
Michael Lieb, llamado Munkacsy, que se fue con toda probabilidad el
mejor de los seguidores de Courbet, los italianos Giovanni Segantini
y Giusepope Pelizza da volpedo). En el siglo XX se consideran
generalmente dentro de realismo algunos movimientos cargados de
fermentos polémicos político-sociales y humanitarios surgidos del
expresionismo, en particular del alemán (George Grosz, Kathe
Kollwitz, otto Dix), y de la pintura de carácter popular (los
mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y Davis Alfaro
Siqueiros, herederos del arte de José Guadalupe Posada, y el
estadounidense Ben Shahn).
tomado de: Enciclopedia Monitor, Tomo 13, Pamplona Italia, Ediciones Salvat s.a, 1965.
Gustave Courbet.
Algunas de sus obras:
Jean-Baptiste
Siméon Chardin.
Algunas de sus obras:
Caravaggio.
Algunas de sus obras:
Francisco Zurbarán.
Algunas de sus obras:
Velásquez.
Algunas de sus obras:
Murillo.
Algunas de sus obras:
Théodore Géricault.
Algunas de sus obras:
Daumier.
Algunas de sus obras:
Camille Corot.
Algunas de sus abras:
Edouard Manet.
Algunas de sus obras:
James Abbot Whistler.
Algunas de sus obras:
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